Hipocresía No Mata Realidad
#laColumna volviendo luego de la Semana Santa, en la que se toca un dilema que aparece en alguna que otra discusión: ¿Hipocresía tapa realidad? ¿Hay opiniones válidas o no válidas?
Volviendo al ruedo. Luego de la Semana Santa (en lo personal muy cargada pero muy linda), de a poco volvemos a la normalidad. Y esto no excluye a lo que pasó en estos días: menos conflictos (siguen habiendo pero en comparación a marzo y principios de abril, hubo una baja) pero que siguen sin resolverse, mucha política porque se comienzan a preparar las elecciones legislativas, y sensaciones de que la "cosa económica" no va para adelante. Al margen de lo de todos los días, me hago una pregunta con la que inicio este texto: ¿Hipocresía mata realidad?
Mucha opinión, poco dato. Recordaba muchas veces algunos diálogos que tenía con conocidos y pensaba (sigo pensando actualmente) que la realidad es algo que construimos con las cosas que vemos, escuchamos, tocamos, etc. Es decir, la construcción de un relato basado en las evidencias que nos presentan los sentidos. A esto le sumo la creencia en las informaciones que vamos obteniendo de todos los lados posibles, y este punto es hasta relativo, porque dado lo que formemos en nuestro cerebro, vamos a creer algunas cosas y otras no, independientemente de que sea falso o cierto. Con ese criterio, no existiría una realidad única. Para eso, están los datos y las informaciones, para unificar lo que pasa. Al menos, intentarlo con el fin de buscar la verdad. Aquella pregunta de Poncio Pilato se volvió duda existencial de todas las épocas: ¿Qué es la verdad? En la era digital, en teoría, es más fácil buscar la verdad. Sin embargo, a nivel práctico, encontramos la sobreinformación y la falta de información, dependiendo el tema. En el medio, por supuesto, juegan los intereses de cada uno. Mucha opinión, poco dato. Algunos ejemplos: lo que pasó con Messi en las Eliminatorias (insultó al juez de línea) es algo que solo los "ciegos" defienden, porque es algo que se vio en las cámaras y su sanción fue justa, dado que así se había recurrido en casos anteriores. Sin embargo, se trató de justificar la acción de cualquier forma para transparentar un "patriotismo inútil"; los que gobernaron antes de Macri hablan de cómo solucionar los problemas que existen...cuando ellos los generaron en su mayoría; los que hoy gobiernan dicen que la cosa va mejorando...pero todos los datos (públicos y privados) dicen lo contrario, y la excusa "perfecta" es la "pesada herencia", y encima, se ve que la gente no la está pasando bien (despidos, cierre de comercios, etc.); con lo que se ve de Venezuela no hay que ser eruditos para entender que su realidad es muy cruda y horrible, pero todavía se insiste en defender las políticas que llevan adelante (a todo esto, recuerdo una vez que una persona me pidió, como hace uno o dos meses, si se podía en la misa rezar por la situación de Venezuela. Para tener en cuenta, y no creo que haya sido la única en pedir por ello). Hay muchos ejemplos más, pero pareciera que nuestras miradas opacan lo importante y trascendental. Ante todo, hay que entender que la lógica de las cosas tienen 3 tipos: lo que debería ser, lo que es, y lo que no debería. La tercera y la última plantean la búsqueda de lo ideal, lo que va y lo que no va. Pero la segunda es lo que pasa: la realidad. Está en el medio porque puede entrar en cualquiera de los dos, o permanecer allí en el mismo sitio. Y entre lo que debería ser y lo que es, generalmente, suele estar a una distancia grande. Pero lo primero no saca a lo segunda. Que haya personas hipócritas que aparezcan cuando les conviene no tapa que las cosas hayan empeorado; que un tipo juegue bien a la pelota no quita que se lo critique cuando no lo hace y si hace algo mal; que hoy haya personas que den un diagnóstico y un análisis sobre cómo resolver los problemas que ellos mismos generaron no tapa la evidencia de que las cosas se agravaron; que haya cuestiones políticas en causas justas no ocultan las problemáticas de fondo...Es decir, uno no tapa al otro. No es A o B. Es A y B. Por eso, la hipocresía no mata a la realidad. Inclusive, la hipocresía muchas veces desnuda hipocresía del otro lado. Al fin y al cabo, termina siendo un mal necesario que equilibra al "tridente" lógico de las cosas. La convivencia en un sistema que tenga como base la "libertad de expresión" nos exige ser tolerantes hasta con aquellos que figuran cuando antes estaban escondidos. Encima, a veces son ellos los que nos ponen alerta. Por esta razón, es algo que termina siendo necesario, nos guste o no.
¿Qué rol tomamos ante este mal necesario? Buscar la crítica constructiva de las cosas. Tratar de no ser parciales, o mejor dicho, ser lo menos parcial posible. Tratar de llevar a nuestros sentidos a que estén atentos a todo y a todos. No quedarnos con la mirada única y parcial. Ya para eso tenemos países que imponen formas y modelos de vida, y en el pasado se cometieron muchos errores tratando de generar un pensamiento único. Lo que marca la diferencia en un país es poder construir desde las coincidencias y tolerar las diferencias. Y eso también está marcado en tolerar las hipocresías, porque como dije antes, una hipocresía desnuda más hipocresía. Desnuda las nuestras y que las terminamos proyectando hacia los demás. Porque si hay otros cuestionando que las cosas no van para ningún lado, puede ser por dos motivos: o están haciendo ruido para hacerse oír, o porque nadie se está haciendo cargo de la realidad. Y las dos causas incomodan. Y en mi opinión me "da vueltas en la cabeza" la segunda hipótesis, puesto que de ser esa, estaríamos envueltos en una sociedad hipócrita, que habla cuando le conviene y que todos los sectores de la misma juegan para satisfacer sus intereses. Quizás esté diciendo una obviedad, quizás esté diciendo algo exagerado y extremadamente negativo, pero la realidad que se ve me hace pensar eso: discusiones parciales de los verdaderos problemas, la búsqueda de "quién la tiene más larga" desde el poder, determinar quién tiene razón en vez de construir, construcción de relatos que sostienen a los gobiernos en vez de gobernar a los pueblos como tal...y podría seguir hasta mañana. Por supuesto que hay cosas peores, como los atentados o simplemente mirar a Santa Cruz y Venezuela, que son situaciones límite. Pero como en todos los órdenes de la vida, en los que hay de todo, a veces es peor saber que te vas a caer que estar en el piso. ¿Motivo? Sencillo: estando en el piso, se puede optar por levantarse o seguir tendido. Es decir, podés o estar algo mejor o podés seguir igual. Sin embargo, en la caída libre se recurre al negacionismo de la realidad, las excusas, las tomada de pelo, el no hacerse cargo...es decir, el armado sistémico de una narración que describiría una situación ideal que no existe. Y que como consecuencia termina en algo evidentemente peor. Para cerrar, querido lector, recuerdo un pequeño texto que ponía de manifiesto algunas debilidades humanas, que nos llevan hacia la hipocresía, ese mal necesario porque evidencia más hipocresía, puesto que mientras se discute sobre quién es más hipócrita, las cosas pasan. Y eso nos hace a todos responsables en nuestro accionar de todos los días. Por eso digo: la hipocresía no mata realidad, sino que la afirma.
Debilidades Humanas
"Deficiente" es aquel que no logra modificar su vida, aceptando las imposiciones de otras personas o de la sociedad en la que vive, sin tener conciencia de que es dueño de su destino.
"Ciego" es aquel que no ve a su prójimo morir de frío, de hambre, de miseria, y sólo tiene ojos para sus míseros problemas y pequeños dolores.
"Sordo" es aquel que no tiene tiempo de oír el desahogo de un amigo o la llamada de un hermano, pues está siempre ocupado trabajando y quiere garantizar su salario a fin de mes.
"Mudo" es aquel que no puede decir lo que siente y se esconde por detrás de la máscara de la hipocresía.
Fuente: https://webcatolicodejavier.org/debilidades.html
Más claro...echarle agua. Buena semana para todos.
Gustavo Bustos