Traspasando Fronteras con El Principito
#laColumna después de un mes de EnMediodeTantoRuido
-"Te amo" - dijo el principito...
-"Yo también te quiero" - dijo la rosa.
-"No es lo mismo" - respondió él...
"Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía...
Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.
Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el "bien" querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados.
Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo.
Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas.
Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento.
Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro.
Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar.
Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza.
Y conocerse es justamente saber de vos, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría.
Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.
Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar."
-"Ya entendí" - dijo la rosa.
-" No lo entiendas, vívelo" - agregó el principito.
(Autor: Viviana Baldo- Recreación literaria)
Fuente: https://www.facebook.com/DeMiAlmaALaTuyaVivianaBaldo
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
Fragmento de "El Principito" de Antoine de Saint Exupéry (1900 - 1944).
Información. Saint-Exupéry fue un reconocido piloto, pionero de la aviación moderna. Antes de la Segunda Guerra Mundial, trabajó para el correo postal francés (1926) en vuelos internacionales. Solía usar aeronaves con pocos instrumentos de navegación, aduciendo que quienes usaban aviones más avanzados eran más parecidos a los contadores que a los pilotos. El choque en el Sahara sirvió como inspiración para "Tierra de Hombres", un libro biográfico publicado en febrero de 1939. El libro recibió aplausos de la crítica y ganó varios premios. Fue traducido al español y al inglés; curiosamente, la versión para Estados Unidos fue modificada por el autor, quien consideró que algunas partes del libro original eran "inapropiadas" para los lectores norteamericanos. El episodio del desierto también aparece como punto de partida de "El Principito", que fue publicado en 1943. Aunque se trata de un libro infantil, la crítica lo ha considerado un trabajo sobre la naturaleza humana. Fue escrito durante la estancia de 27 meses de Saint-Exupéry en Estados Unidos. El autor pasó una temporada en ese país tras la Batalla de Francia en 1940, en la cual el gobierno francés fue depuesto por las fuerzas alemanas. Durante estos sucesos, el autor realizó más de la mitad de los apuntes que conformarían el libro. Las ilustraciones de "El Principito" fueron realizadas por Saint-Exupéry. Antes de volverse piloto, Antoine estudió Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de Francia, aunque nunca terminó la carrera. Tras escribir "El Principito", Saint-Exupéry volvió a la Fuerza Aérea de Francia para volar con los aliados. En 1943 intentó reingresar a labores de combate, a pesar de que había pasado el límite de edad por 8 años. Dwight Eisenhower le concedió un permiso especial; sin embargo, las lesiones ocasionadas por sus choques anteriores evitaron que pudiera desempeñar esas tareas, al grado de no poderse poner por sí mismo su traje de vuelo. Saint-Exupéry desapareció el 31 de julio de 1944 durante una misión de reconocimiento. Nunca se supo el paradero del piloto. Varios días después, un cuerpo con un traje de la Fuerza Aérea de Francia fue hallado al sur de Marsella. Se presumió que era del escritor y se enterró en septiembre. Durante más de 50 años, la muerte de Saint-Exupéry fue uno de los grandes misterios del mundo literario.
Fuente: https://hipertextual.com/2012/06/saint-exupery
En búsqueda permanente. Estas obras literarias (y sus adaptaciones) como muchos otros libros tienen algo especial, algo que cautiva a todo tipo de público, a grandes, adultos, jóvenes...en fin, a una buena mayoría. Buscando una respuesta a esta afirmación, se puede decir que a medida que pasa el tiempo la problemática social se va agravando. Centrando la mirada en Argentina (no sé en otros países, seguramente en algunos sí y en otros no), descubro que, principalmente, hay 3 síntomas que resumen mucho nuestra forma de accionar ante los debates, la opinión y el comportamiento de vida. Uno de ellos es que no tenemos en cuenta las formas de obrar, algo de lo que comenté en la columna anterior, fijando solamente la mirada en los contenidos de las cosas y no en sus formas. Todos cometemos este error: desde el Gobierno hasta los "ciudadanos a pie" en su día a día. Algunos ejemplos: no es lo mismo aumentar gradualmente un servicio que hacerlo de golpe. ¿Por qué? Sencillo: hay gente que no llega. Y en nuestra vida, desde el decir una cosa teniendo que aclararla miles de veces. Tener en cuenta los contenidos, las formas y los contextos nos ayudarán a evitar problemas innecesarios, así como también evitar el prejuicio, preguntándole al otro a qué se refiere con lo que dijo, dándole la posibilidad de ratificar, rectificar o de pedir disculpas si fue ofensivo. En esta columna me voy a centrar en los dos restantes, teniendo de referencia a los fragmentos de Viviana Baldo y del Principito, que nos invitan a buscar permanentemente en nuestro accionar de todos los días.
Contra la susceptibilidad. La susceptibilidad es un adjetivo referido a una persona que se ofende o toma a mal las cosas con facilidad. Ella lleva a que no cambiemos nada, que no toquemos una coma de lo escrito, y que además evita el debate sano y el diálogo sincero. El primer fragmento sirve como anti-ejemplo, ante la respuesta de la flor que dice "yo también te quiero", el Principito la corrige y le explica la diferencia entre amar y querer. Luego, ella acepta la corrección. Sin embargo, culturalmente, nosotros decimos "te quiero" cuando verdaderamente queremos decir "te amo". ¿Se dan cuenta de la diferencia? Querer es tomar posesión de algo o alguien ("Yo quiero ese pedazo de torta" o "Yo te quiero acá). Amar es un sentimiento que va más allá de agarrar al otro o aferrarlo ("Yo te amo" o "Yo amo mi vida"). Las diferencias las marca muy bien el fragmento. Sabiendo estas diferencias notorias, ¿por qué no lo decimos cuando lo sentimos? ¿Será que nuestro inconsciente nos traiciona cuando decimos "te quiero"? ¿O será que no hablamos bien? Pueden ser cualquiera de las dos variantes. Si es la primera, queremos a las personas, no las amamos. Y el querer no siempre significa buenos sentimientos. A veces sí, a veces no. La violencia está dada en las relaciones que se manifiestan en ese sentimiento llamado "querer" porque no dejamos que el otro sea libre, sino que buscamos y queremos que sea nuestro. Como si cada uno fuera de otro...nada más lejos de la realidad, o aquellas amistades que son tal cuando uno necesita del otro...grave error. Los matrimonios que se prometen vivir juntos "hasta que la muerte los separe" y viven como tal son una muestra total de amor. O los amigos que traspasan fronteras y superan todo tipo de dificultades también son un símbolo de amor, expresado en la amistad sincera y verdadera. Pero, pero, si uno le dice a un amigo "te amo"...amigo, la susceptibilidad aparece de forma sagaz e irritable hasta tal punto que uno tiene que rectificar y decir "te quiero". Imaginen ejemplos de cualquier índole porque no alcanzan para nombrarlos. Por eso creo que estamos culturalmente equivocados. Poder decir "te amo" (si verdaderamente lo sentimos) en nuestras relaciones cotidianas puede cambiar la mirada que tenemos sobre ellas, hacia una de agrado, de tolerancia, paciencia y cariño. En cambio, el "te quiero" propone una posesión, una creencia de pertenencia que podemos ejercerle al otro, una superficialidad...algo que no es amor.
El "misterio" vs. La Superficialidad. La existencia de aquello que es superficial, que no es lo central, que no es lo primero en nuestra vida pero que ponemos en el centro representa la búsqueda de una puerta que diga "salida" al vacío que trata de llenarse acumulando cosas, poniendo a la tecnología como centro en los vínculos, y siendo la inestabilidad nuestra forma de vida. Precisamente, lo contrario a esto es aquello que no se ve con los ojos. Algo que trasciende a nuestra vista. Algo que se mira con los "ojos del corazón". El secreto revelado al Principito por el zorro, que dice: "lo esencial es lo invisible a los ojos", es efectivamente, una enseñanza que fue tal en su momento como lo es ahora, en tiempos donde se nos quiere vender que lo material puede dar felicidad. Y no. Lo bello está en aquello que no vemos con nuestros ojos, sino con lo que sentimos, con lo que vivimos. Nombrando un poco, la amistad, el amor, el diálogo, el encuentro, la reflexión, una oración...en fin, algo que solamente con nuestros 5 sentidos no podemos hacer únicamente. Si nuestra vida se deja guiar únicamente por los 5 (vista, tacto, olfato, oído, gusto) vamos a terminar por perderlos. Necesitamos de ese "sexto sentido" para combatir de forma sana lo que se nos presenta en la vida. Éste es conocido como "misterio". Es el que nos lleva a buscar la felicidad, el camino mostrado por las "bienaventuranzas". El "misterio" se manifiesta de forma sensata, buscando siempre dialogar con los otros 5 hacia el encuentro con los demás, con nosotros, con Dios...con toda nuestra vida. Por eso, si lo dejamos de lado, el resto de los sentidos se pierde en la superficialidad de las cosas, en la necesidad de adquirir más y más, de consumir cada vez más, de mirar solamente nuestra realidad y no la de los demás, de construir muros en vez de construir puentes, de despreciar a los otros creyéndonos que somos seres superiores...algo totalmente falso e irreal.
Por eso, querido lector, le planteo lo siguiente: todos tenemos un "sexto sentido" que se conoce como "misterio", lo que hay que hacer es dejarlo actuar. Y decir "te amo" en esta cultura sería una forma de hablar bien, aclarando que si lo sentimos como tal, y de decir verdaderamente lo que vivimos en nuestro interior y sentimos a otra persona, sea familiar, sea amigo, sea esposo, sea jefe, sea cualquiera. Porque guardarse para sí, decir mal lo que sentimos, vivir con lo superficial...genera un proceso de inestabilidad que generan muchas consecuencias para sí y para otros. Cada uno podrá pensar luego cuáles. Sepa que después llega el momento de los lamentos y de los llantos...pero la bomba ya explotó. Y no hay peor sensación de amargura que la que produce el "poder haber hecho algo para evitarlo". No se la regalo a nadie y espero que usted tampoco lo haga.
Buen domingo para todos.
Gustavo Bustos